martes, 31 de marzo de 2009

Agua

Antes vivía en agua estancada llena de fango. Sólo había algunas sanguijuelas que podíasn adherirse a mi piel y chuparme la sangre. El fango podía tragarse mi cuerpo en cualquier momento y dejar de existir. Creí que nunca saldría de él pero por suerte he podido. Ahora ese agua de muerte ha dado paso a un mar inmenso lleno de vida. En el mar hay vida, vida llena de energía y de seres distintos. Un placton de poder y de placer. Sin embargo en el fango había muerte, putrefacción, peste.
Hoy no sé si comer placton rojo o verde. Quizá el verde me haya gustado más a lo largo de mi vida pero el rojo también está ahí. Rojo y verde como los semáforos. A veces me equivoco y tengo que parar y para ello uso el rojo, otras paso en verde o pienso que está en verde sin mirarlo.
Semáforo en el agua que muestra un sinfín de autopistas marinas llenas de seres. Cada ser que me encuentro aporta algo distinto a mi vida y todos son necesarios; desde los peces feos hasta las ballenas más grandes y amigables.
Hoy el semáforo está en verde y me estoy encontrando con ballenas buenas y algún que otro delfín. Eso sí; tengo que tener cuidado porque algunos delfines dicen que son asesinos...

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